Una cata con aires sureños de tierras inhóspitas: Fin del Mundo


El 28 de febrero realizamos en nuestra tienda de Majadahonda una cata de vinos para nuestros clientes. 

De la mano de Romina De Feo, sommelier Argentina, aprendimos sobre estos vinos patagónicos durante una maravillosa velada donde degustamos 3 vinos maridados con queso Provolone, Chorizos picantes y Entraña madurada raza Angus.


Los vinos que dimos a probar fueron el Fin del Mundo Reserva Cabernet Sauvignon, Fin del Mundo Reserva Malbec y Fin del Mundo Special Blend Reserva.


Fin del Mundo Reserva Malbec


Un vino elegante, de aroma floral a violeta, con notas frutadas a ciruela y reminiscencias a chocolate, tabaco y vainilla. En boca es frutado, equilibrado, de buen volumen y amable. Criado en barricas de roble francés durante 10 meses (el 70% del corte). Con un largo final de boca.




Fin del Mundo Reserva Cabernet Sauvignon


Vino de color rojo granate, de aroma intenso, frutado, con notas a grosellas, cassis y un ligero especiado. Reminiscencias a vainilla, chocolate y tabaco. Vino equilibrado y con un largo final de boca.



Special Blend Reserva


De intenso color rojo violáceo, con aroma a frutos rojos intensos, con notas a moras negras, chocolate y especias. En boca es frutado, suaves, maduros y sedosos taninos. Un vino equilibrado y de gran cuerpo

 




¿Cuál es el origen de los vinos Del Fin del Mundo?


Desde un campo de 3.200 hectáreas ubicadas en San Patricio del Chañar, Provincia de Neuquén, Argentina. Seguramente te suene más conocido si simplemente mencionamos que son vinos de la Patagonia Argentina. Pero lo cierto es que la Patagonia es una región bastante extensa, ubicada al sur del país, con unos paisajes inimaginables e imposibles de olvidar una vez que la conoces y no en toda la Patagonia se puede cultivar uvas para hacer vino.


Desde un  rincón de la Patagonia Argentina, llegan los vinos Del Fin del Mundo


En 1996 la empresa La Inversora S.A.  adquirió un campo  de 3.200 hectáreas, y allí creó este fantástico proyecto  para hacer grandes vinos en tierras inhóspitas.

Estas tierras vírgenes eran consideradas marginales y por tratarse de una región desértica fue necesario construir un canal de riego propio de 20 Km para poder llevar el agua y de esa manera hacerlas aptas para el cultivo de la vid.

Después de grandes esfuerzos, los primeros viñedos fueron plantados en 1999.


Cortavientos y protecciones especiales para cuidar cada planta


Los fuertes vientos obligaron a los ingenieros a proteger los cultivos con cortinas rompe vientos y a cada planta con cartuchos individuales.

Los excelentes resultados de estas primeras plantaciones fueron el paso inicial de Bodega Del Fin del Mundo y de todo el polo vitivinícola que nacería en San Patricio del Chañar.

 

El vino Patagónico, producto vivo que se transporta con condiciones especiales para mantener sus características


El vino es algo vivo y en base a ello hay que darle la vida que merece. Estos vinos vienen en contenedores marítimos adecuados, protegidos por mantas térmicas. Almacenados en un espacio de reposo a temperatura controlada y el transporte por carretera hasta el cliente final se hace igualmente cuidando las amplitudes térmicas.


Bodega del Fin del Mundo, un emblema en Argentina y en todo el mundo


La Bodega del Fin del Mundo una de las Bodegas más moderna, afamada y que mejores vinos elabora en la Patagonia Argentina, reconocida por múltiples premios tanto en España como en el resto del mundo.

Sus vinos son la expresión del terroir más austral del mundo que imprime sin duda una personalidad diferenciada a los afamados Malbec argentinos y origen también de los mejores Pinot Noir.